En los últimos años se han desarrollado una serie de
herramientas y aplicaciones dirigidas específicamente a facilitar la labor
cotidiana del profesorado y con la finalidad de impulsar las Tecnologías de la
Información y la Comunicación (TIC) en los centros educativos. La orientación
académica y profesional no funciona ajena a esta aplicación de las TIC, de
hecho, los proyectos más innovadores en orientación se realizan teniendo en
cuenta el impulso y las funcionalidades de las TIC.
Los profesionales de la educación pueden contar con
ordenadores, pizarras digitales, proyectores, materiales didácticos en Internet
y en formato digital programas educativos audiovisuales, Entornos Virtuales de
Enseñanza y Aprendizaje (EVE/A) más complejos, etc. tal y como pudimos ver en
el monográfico sobre TIC y Educación. La orientación académica y profesional
debe tener en cuenta las TIC en función de dos objetivos: para asumir las
nuevas necesidades de formación, salidas profesionales, nuevos recursos, etc. y
a la vez, para aprovechar los cambios e incorporar las TIC en forma de
competencias necesarias para los orientadores/as.
En el monográfico sobre orientación y TIC hemos recopilado
la perspectiva de los expertos sobre las TIC como recurso para la orientación.
La Orientación y las TIC
La situación en los centros educativos está cambiando de
forma muy rápida: a la llegada de alumnado extranjero se le suma la integración
de alumnado con necesidades especiales, junto a la irrupción de las TIC en el
aula y la aparición de nuevas necesidades de orientación. Además, los
departamentos de orientación de los centros educativos pueden convertirse en
una vía de acceso a las nuevas tecnologías para profesorado y alumnado.
Pero la orientación no sólo se limita a los centros
educativos; las empresas, las instituciones, portales especializados como
Educaweb, etc. están creando proyectos que vinculan las TIC y la orientación
desde diferentes vertientes: plataformas online de orientación, recopilación de
la información disponible en la red, aplicaciones como blogs, wikis, redes
sociales, recursos para profesorado y alumnado, etc.
En la actualidad, según Sobrado, L. (2006:37), podemos
considerar tres ámbitos principales de uso de las TIC en la orientación:
1. Instituciones promotoras de los servicios orientadores
(Administración, Ayuntamientos, Asociaciones, etc.) que pueden utilizar las TIC
para posibilitar el empleo de servicios de asistencia u orientación para
facilitar información a los usuarios.
2. Los servicios orientadores que usan las TIC para fomentar
la comunicación entre ellos mismos y con otras instituciones de la zona para
adquirir una mayor y mejor integración.
3. Los destinatarios de la orientación que pueden emplear
las TIC para lograr información, conseguir asesoramiento y orientación
presencial, y especialmente a distancia.
En este marco, es inevitable que mencionemos Internet como
elemento fundamental para la orientación. La red ha modificado la percepción y
el funcionamiento de los servicios de orientación, el perfil de los
orientadores/a y el acceso a la información.
Competencias TIC de los orientadores/as
A pesar del potencial de la tecnología, Benito Echevarría,
en su artículo, apunta a que existen dos dificultades principales que frenan el
avance de la orientación académica y profesional a través de las TIC: la brecha
digital, que provoca que muchas personas no puedan acceder a la tecnología
(debido a su situación económica o a factores como la edad, el desconocimiento
y la falta de competencias para manejar la tecnología) y la falta de
competencias de los profesionales de la orientación y un deficiente desarrollo
formativo de las mismas.
Pere Marqués, experto en TIC y Educación, destacó en su
ponencia ”Las Nuevas Tecnologías al servicio de los Orientadores Escolares: un
reto para la innovación en orientación” que las competencias TIC para docentes,
educadores sociales y orientadores escolares se dividen en técnicas
instrumentales, actualización profesional, metodología y actitudes. Los expertos
consultados coinciden en señalar que estas competencias también son aplicables
a los orientadores laborales y a los profesionales que no ejercen en un ámbito
estrictamente académico.
En cuanto a las competencias técnicas o instrumentales,
resultan imprescindibles los conocimientos sobre el sistema informático, los
procesadores de textos, la navegación por Internet, el manejo del correo
electrónico, el tratamiento de la imagen digital, desarrollo de webs, blogs y
presentaciones multimedia, bases de datos, pizarra digital, etc. Todos estos
conocimientos implican una alfabetización digital de los profesionales de la
educación. Los orientadores, como parte importante dentro de la organización
del centro, deben ser capaces de utilizar de forma adecuada y pedagógica las
TIC y combinar las acciones de orientación tradicionales con nuevas
metodologías más innovadoras.
Pere Marqués sostiene que las competencias básicas que
necesitan adquirir los profesionales de la educación son las competencias
pedagógicas, que implican la actualización profesional a partir del
conocimiento de fuentes de información TIC y programas específicos sobre
orientación; la integración de las TIC en el currículum en el caso del
profesorado; la aplicación de nuevas estrategias didácticas y orientadoras que
aprovechen las TIC; la elaboración de documentos y otros recursos didácticos
multimedia y por último, una actitud abierta pero crítica ante las TIC y la
sociedad actual en general.
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